1001 hechos, dichos, curiosidades y anécdotas del mundo antiguo
Historia Arqueología
Se incluyen todos los artículos directamente relacionados con la Historia Antigua como ciencia,
es decir, la Historia de la Historia, la Historiografía, y también los que tienen interés directo
para el conocimiento histórico del Mundo Antiguo. Se incluyen también los relacionados con la Arqueología del mundo clásico.
Como comenta Plinio en su Naturalis Historia, libro 33, dedicado a los metales, existió en la Antigüedad una verdadera fiebre del oro. Véase http://es.antiquitatem.com/oro-en-la-antiguedad-mineria-romana
Los griegos fueron quienes decidieron que el saber y los avances del conocimiento debían ser enseñados a los ciudadanos y que estos debían ser educados en ese conocimiento y en el respeto a las leyes. Ciertamente ni los griegos ni los romanos crean un sistema público de enseñanza similar a los modernos, pero sí un sistema de enseñanza con sus diversas etapas.
El ser humano, a diferencia de otros animales, atiende a sus muertos y sus cadáveres. Esto está atestiguado desde el Paleolítico. Las formas y costumbres de los diversos pueblos con las que se refieren al hecho de la muerte y tratan los cadáveres son muchas y variadas. Sin duda estos ritos son fruto del desconcierto que produce la muerte en todos los seres vivos; se pretende la inmortalidad pero el hombre se encuentra con la descomposición del cuerpo. Es necesario, pues, realizar ritos para evitar el proceso de descomposición del cadáver… En expresión de Walter Burkert, el homo sapiens es un homo sepeliens (del latín sepelio,sepultar), un hombre que entierra a sus muertos.
Habeas corpus es parte de una frase latina más amplia: habeas corpus ad subiiciendum et recipiendum. Su traducción literal sería “ten el cuerpo para ponerlo a disposición y recogerlo.
Las bibliotecas son “lugares de cuidado del alma”. Es esta una frase curiosa, plena de contenido, que nos agrada y que tiene su origen en el rótulo que presuntamente existía en la “biblioteca sagrada” del templo y tumba del faraón Ramsés. Pero tal vez lo que en realidad haya tras la famosa frase sea un malentendido histórico.
La península Ibérica fue rica en minerales en la Antigüedad.Desde muy antiguo los minerales fueron prospectados, encontrados y explotados por fenicios, griegos, cartagineses y romanos.
Pocas palabras hay de uso más contemporáneo que “computar, computación, digital”. Pues bien, “computar, computación” son palabras latinas que significan calcular, contar, computar evidentemente.
La curiosidad innata del hombre le ha impulsado a innumerables empresas. El deseo de conocer el mundo en el que habita le ha empujado una y otra vez a realizar viajes y exploraciones de los lugares más inaccesibles.
El nacimiento de Jesús se celebra en Occidente el día 25 de Diciembre. Durante mucho tiempo en toda la Cristiandad se celebró y aún actualmente en la Iglesia Ortodoxa se celebra ese nacimiento el día 6 de Enero. En la Iglesia Católica se celebra el día 6 el día de la “epifanía” o manifestación de Jesús. Según el evangelio de San Mateo, 2, 1-12, unos reyes magos vinieron de Oriente para ofrecer al niño Jesús recién nacido oro, incienso y mirra. De ahí procede la costumbre en algunos países, como en España, de hacer regalos la noche del 5 al 6 a los niños.
La palabra “Navidad”, con la que designamos la fiesta del nacimiento de Jesús, deriva de la latina “nativitatem” que significa precisamente “nacimiento”
Desde que los hombres descubrieron la utilidad de los metales, una de sus mayores preocupaciones ha sido localizar los yacimientos en los que se encuentra el oro, la plata, el hierro, el estaño, el cobre, el plomo…
Las pruebas olímpicas antiguas tienen una evidente relación con diversas actividades guerreras y militares, pero las Olimpiadas sólo fueron posibles porque los diversos estados griegos, en permanente confrontación, acordaban una temporal tregua de paz.
En la antigua Grecia, los Atenienses tenían cierto complejo de superioridad respecto de los restantes helenos o griegos. Se sentían orgullosos de su ciudad, de su Acrópolis (de ἄκρος, extremo, alto y πόλις, ciudad), = ciudad elevada, la ciudad alta, la ciudadela, la fortaleza en la que se encontraba el templo grandioso de su diosa Atenea, su epónima,la que le da nombre, la virgen (le llaman Παρθένος Ἀθηνᾶ, Atenea parthenos; parthenos significa “virgen”); sobre todo se sentían orgullosos de su “democracia” (de δῆμος , demos que significa «pueblo» y κράτος (krátos, que significa «poder o gobierno”).
Poco podía imaginar el mítico héroe Hércules (no llega a la categoría de dios) que sus famosas columnas que representan los dos montes que él colocó al abrir el estrecho que separa el océano Atlántico del mar Mediterráneo (Mare Nostrum = nuestro mar, para los romanos), una en África, otra en Europa, en realidad iban a estar, en efigie naturalmente, en los bolsillos y cuentas bancarias de millones de hombres repartidos por todo el mundo.
La alegre ciudad de Pompeya se encontraba situada a los pies del monte y volcán Vesubio en una zona rica y fértil. Sus 20.000 habitantes no fueron conscientes del inmenso peligro que sobre ellos se cierne. (Curiosamente en latín no existe un término específico para designar a los volcanes; les denominan “mons sulfureus” o con alguna otra frase similar).
Entre las muchas cosas que nos han legado los romanos no es la de menor importancia el calendario con el nombre de los meses, los días y las estaciones. Para comprender la lógica y coherencia de los nombres “september =septiembre; october =octubre; november= noviembre y december =diciembre”, que significan etimológicamente “séptimo, octavo, noveno y décimo” hemos de conocer que el primitivo año romano tenía diez meses y comenzaba en marzo.
Asistimos estos días de otoño al espectáculo inhumano de decenas, centenares de náufragos, generalmente subsaharianos, en las costas europeas del Mediterráneo. Atraídos por el bienestar europeo, estas personas se lanzan a un mar siempre peligroso para alcanzar la costa del presunto y geográficamente cercano paraíso.
El calendario es un instrumento necesario para organizar el tiempo en relación con las actividades agrícolas, con las obligaciones religiosas y con la vida social y civil.